lunes, 26 de diciembre de 2011

Emperador Palpatine


EMPERADOR PALPATINE

Palpatine, también conocido como Darth Sidious, fue el último Canciller de la República Galáctica y el primer Emperador del Imperio Galáctico. Entrenado en los caminos de la Fuerza por Darth Plagueis, fue el Lord Oscuro de los Sith que siguió la Regla de los Dos y fue uno de los Lores Sith más poderosos de la galaxia que se hubiesen conocido. Palpatine fue capaz de establecer su Imperio por urdir un plan maestro complejo, que involucró a toda la galaxia en el conflicto conocido como las Guerras Clon, el cual costó la vida de miles de millones de seres inteligentes. Palpatine dirigió tanto a la República Galáctica como, secretamente, a la Confederación de Sistemas Independientes, lo que le permitió prolongar el conflicto a fin de obtener una función más ejecutiva de Senado.

Cuando su poder como Canciller había llegado al máximo, obteniendo así poderes dictatoriales, Palpatine abolió la República y la reemplazó con el primer Imperio Galáctico con él mismo como líder. Con la Imperialización de la galaxia, el Emperador Palpatine efectivamente tenía el control total sobre su gente, y fue capaz de crear una de las fuerzas militares más poderosas que la galaxia había visto nunca. Durante diecisiete años, el Imperio de Palpatine carecería de oposición seria, hasta que un grupo de senadores Imperiales descontentos fundaron la Alianza para Restaurar la República. La Guerra Civil Galáctica iba a durar muchos años, pero en el 4 DBY, fue asesinado por Darth Vader, su antiguo aprendiz Sith, quien se redimió como el Elegido, durante la Batalla de Endor. Sin embargo, esto no significó el fin del Imperio.

Su espíritu viajó a Byss, donde ocupó el cuerpo de un clon que había preparado de antemano. Seis años después de su muerte por primera vez en Endor, lanzó una masiva ofensiva desde el Núcleo Profundo de tal magnitud que estuvo a punto de destruir la Nueva República. Las victorias, sin embargo, no durarían mucho, ya que los clones de Palpatine fueron saboteados por el antiguo Guardia Real del Emperador, Carnor Jax. Palpatine murió una última vez durante su intento de poseer el cuerpo de Anakin Solo en Onderon, cuando, después de que Han Solo le disparase a su cuerpo clon final, Empatojayos Brand, un ex Caballero Jedi, consiguiera atrapar su alma, llevándose consigo a Darth Sidious hacia a las profundidades de la Fuerza.

Mediante brillantes y maquiavélicas estrategias fue ocupando cada vez puestos de mayor poder: Fue Senador por Naboo (52 ABY—32 ABY), el último Canciller Supremo de la República Galáctica (del 32 ABY al 19 ABY) y el Emperador autodeclarado del Imperio Galáctico (del 19 ABY al 4 DBY, y luego en el 10 DBY),el cual fundó él mismo después de organizar en secreto un conflicto galáctico muy sangriento, conocido como las Guerras Clon, el cual tuvo dos propósitos muy importantes:

    1) exterminar lentamente a la Orden Jedi, quienes eran sus enemigos secretos de toda la vida.
    2) conseguir poderes dictatoriales, con las medidas de emergencia que le eran dadas por el Senado Galáctico, para ser el hombre más poderoso de la Galaxia.

Biografía
Juventud


La información real acerca de Palpatine como un niño y como joven adulto es muy difícil de conseguir. Documentos relativos a sus ancestros, los miembros de su familia inmediata, y la educación habían desaparecido misteriosamente a principios del Nuevo Orden. La suposición general es que estos registros fueron destruidos para ocultar su identidad como un Sith, pero hay otra, aunque menos creíble, posibilidad: Puede que nunca haya existido nadie nacido en Naboo llamado Palpatine, como se hacía llamar Darth Sidious antes de convertirse en un sith, y que por lo tanto, su verdadera identidad fuese completamente desconocida, creando a "Palpatine" para así poder entrar en la esfera política, razón por la cual no habría registros acerca de una ascendencia o familia ficticia que destruir.

En cualquier caso, se cree que Palpatine nació en Naboo, un mundo de aguas estancadas del Sector Chommell, en los Territorios del Borde Medio. Él afirmaba que Theed, la capital planetaria, una ciudad a orillas del río Solleu, fue su ciudad de origen, pero no es seguro que en realidad naciese allí. La línea familiar de Palpatine siguió siendo un misterio, y la identidad de sus padres nunca fue descubierta, pero como él mismo se describió como un noble, es probable que ellos también fuesen de noble linaje. No era un hijo único, la existencia de una sobrina nieta lejana, Ederlathh Pallopides (n. 4 ABY) indica que había al menos un hermano, cuyo nombre y sexo se desconocen.

Pero lo más importante fue el hecho de que Palpatine era extremadamente sensible a la Fuerza, aunque por motivos desconocidos, los Jedi nunca descubrieron semejante talento y posiblemente debido a ello, perdieron a un poderoso aliado. Sus habilidades sin embargo no pasaron desapercibidas para el Lord Sith Darth Plagueis, el Sabio, quien descubrió en él la ambición y el poder necesarios para heredar el linaje de su orden.


Darth Plagueis y Darth Sidious

Primer encuentro


Con lo difícil que fue aprender hechos concretos acerca de la juventud de Palpatine, la información sobre cómo se convirtió en un Lord Sith era aún más escasa. Incluso los motivos de Palpatine de haber tenido conocimiento del lado oscuro de la Fuerza son un misterio total. Baste decir que, de alguna manera, su sensibilidad a la Fuerza escapó a la atención de la Orden Jedi, pero que sus dones llamaron la atención de Darth Plagueis, un Muun Señor Oscuro de los Sith.

Iniciación

Después de haber juzgado al joven Palpatine como digno de unirse a los Sith, Darth Plagueis formalmente le inició en el culto. Desde los tiempos de Darth Bane en adelante, era común que los nombres Sith empezasen con el nombre Darth , un apodo que era tanto un título como un nombre.[10] Hay muchos factores que entraron en juego para decidir el segundo nombre. Por lo menos uno, basado en ceremonias observadas, es que los capitanes Sith entran en una especie de comunión con el lado oscuro de la Fuerza, le preguntan, y dentro de la misma encuentran la inspiración, una respuesta. Exactamente lo que Plagueis encontró en esta comunión no ha sido revelado, pero el Muun decidió que a partir de ese momento, Palpatine sería conocido como Darth Sidious.

Aprendizaje

El aprendizaje de Darth Sidious ha sido descrito como el conocimiento de muchas décadas, aunque no hay una indicación específica de cuándo comenzó o cuándo terminó. Durante este periodo, Plagueis entrenó a Sidious, de conformidad con la tradición de Darth Bane. Durante el curso de formación de Sidious, Darth Plagueis una vez le permitió el acceso a una serie de holocrones Sith, elementos que, según la escritura arcana de su superficie piramidal, fueron grabados en los días de Darth Bane. Los Jedi creían equivocadamente que estos holocrones yacían en la sala de archivos, en su Templo, pero los que había allí eran en realidad falsificaciones inteligentes, una forma de desinformación Sith. Cómo los holocrones reales y falsos llegaban a sus respectivos autores, aún no se sabe.

El plan de los Sith
Plagueis cumplió su promesa y Sidious pasó por terribles tormentos y sufrimientos que lo llevaron a esforzarse más y liberar su ira en las misiones que le fueron otorgadas, las cuales superó con creces para asombro del Lord. Entonces, cuando estuvo totalmente vacío, fue llenado con un nuevo credo, el sendero del lado oscuro de la Fuerza, pero secretamente mantuvo una codicia y ambición inesperadas incluso por su propio maestro. Tal fuente de poder oscuro le fascinaba, y Darth Plagueis le instruyó en la única doctrina del poder: "Debes empezar por obtener poder sobre ti mismo; después sobre otro; después sobre un grupo, una orden, un mundo, una especie, un grupo de especies... Finalmente, sobre la misma galaxia."

Todo esto debía ser aprendido y dominado para conseguir la definitiva y ansiada venganza Sith. Una venganza que había sido formulada en los lejanos días de Darth Bane y que tanto Plagueis como Sidious querían ver cumplida en su era. En lugar de guerras como antaño, los Jedi y la República a la que servían morirían desde dentro. Caerían por su propia corrupción y serian los Sith los que empeorarían el proceso. Fomentarían el terrorismo, la disidencia, la guerra, el asesinato, la injusticia y la avaricia allá donde más les conviniese y así dejar claro a toda la Galaxia el fracaso del sistema democrático. Se inocularía inadvertidamente un virus de acción retardada en el cuerpo político de la República que se extendería de un órgano a otro hasta colapsar todos los sistemas vitales. Una vez tullida, una vez dividida, la República sería fácil de derrocar porque un pueblo castigado por la guerra, la corrupción, la ineptitud y la debilidad de sus gobernantes aceptaría de buen grado un gobierno fuerte.

Plagueis demostró ser un excelente mentor y gracias a él, Sidious aprendió a analizar y a pensar como sus rivales anticipándose a sus acciones y pensamientos, descubriendo sus debilidades y pasiones, y usándolos en su contra. Su capacidad de raciocinio, su disciplina mental y su capacidad de análisis eran sobrecogedoras. Con el paso de los años su control sobre la Fuerza creció enormemente.
Pero para Plagueis todo era poco y el Sabio empezó a buscar un nuevo aprendiz, aun más poderoso, y ese fue el principio de su fin.

Maestro Sidious

La gran obsesión de Darth Plagueis era el dominio sobre el poder supremo: la inmortalidad y la creación de vida. Profundizó tanto en las enseñanzas prohibidas que poseía que, según cuenta la tragedia, alcanzó un poder que le permitía mantener con vida a quienes agonizaban e incluso resucitarles si morían. Desde hacía miles de años tanto Jedi como Sith habían buscado modos de sobrevivir a la muerte pero siempre sin éxito y Darth Plagueis decidió llevar su investigación a la realidad, creando vida a partir de la nada.

El error de Plagueis fue revelar a Sidious la naturaleza de esta nueva fuente de poder que había concebido, que consistía en usar arcanas disciplinas Sith para manipular los midiclorianos y extraer vida directamente de la Fuerza. El objetivo del experimento sería un ser muy poderoso, un alumbramiento de la Fuerza y el más fuerte de todos los Sith. Sidious comprendió muy pronto que a la larga esto supondría su sustitución como aprendiz y por ende su aniquilación. Es probable que en un primer momento Sidious mostrase excitación ante el experimento que planteaba su maestro pero su mente estaba donde debía estar la mente de un Sith: en sí mismo. Existía una amenaza a su poder, ¿Cómo debía actuar? La solución más sencilla era destruir al "experimento". Pero si lo hacía Plagueis volvería a intentarlo. Además, si la criatura resultaba tan poderosa como se esperaba, era mucho más sensato conservarla y usarla para su propio beneficio. Ya hacía tiempo que Sidious había aprendido todo lo que podía aprender de Plagueis, de modo que optó por la solución más práctica.

Sidious temía el poder de Darth Plagueis, así que lo mató mientras dormía. No trazó un plan concreto ni precisó de una sesuda elaboración, simplemente esperó a que su viejo maestro se durmiese y acabó con él. Según sus propias palabras: "Resulta irónico, que tuviese el poder para salvar a otros de la muerte pero no pudiese salvarse a sí mismo".

Pese a la muerte del maestro, el experimento se llevó a cabo, y el niño concebido por la Fuerza nació tiempo después (42 ABY): la esclava Shmi Skywalker dio a luz en el remoto Tatooine a un bebé con la mayor sensibilidad a la Fuerza jamás registrado. Más de 20.000 midiclorianos fluían por las venas del joven bautizado como Anakin Skywalker, y Darth Sidious supo mantenerlo bajo estrecha vigilancia, siguiendo sus pasos y esperando pacientemente que llegase el día adecuado para usar su herramienta.

El entrenamiento de Darth Maul


Poco antes de que hubiese asesinado a Plagueis, Palpatine animó a un joven zabrak de su familia en Iridonia, y empezó a entrenarlo como un Sith. No sin precedentes de que Sidious debería haber elegido un zabrak como su aprendiz. En la antigüedad, los Sith, prestaban atención a las proezas marciales de los zabrak, se pusieron en contacto lucrativo con Iridonia, y gastaron sumas exorbitantes para contratar iridonianos zabrak como mercenarios. Mucho después de que la cultura Sith muriese, la influencia de los Sith se mantuvo en una parte de la cultura zabrak. Los zabraks eran conocidos por soportar cantidades extremas de dolor, pero nada podría haber preparado al joven Maul para pasar por la brutal formación de Palpatine. A pesar de la dureza de Palpatine, Maul mostraba el máximo respeto por el hombre, y era fanáticamente leal.

Una visita al Templo Jedi

Cuando Darth Maul era muy joven (54-52 ABY)—Darth Sidious lo llevó consigo al Templo Jedi, los dos disfrazados de turistas. El poder de Sidious sobre el lado oscuro era suficiente para mantenerse a sí mismo y a Maul a salvo de ser detectados por los Jedi, siempre y cuando no entrasen en el Templo mismo. Durante la mayor parte del día, Sidious señalaba al joven Maul los diversos rostros de cada uno de los Jedi que entraban y salían, susurrándole al oído la destrucción definitiva de la Orden Jedi.

Finalmente, llegó el momento de la prueba final. Palpatine le envió a un mundo remoto y aislado, donde fue perseguido por droides asesinos durante un mes. Al final de dicho mes, Maul y Palpatine se encontraron en la entrada de una cueva. Maul no había comido en días, y estaba exhausto. Independientemente, Palpatine desafió a Maul a un duelo, en el que Maul fue derrotado fácilmente. Palpatine se detuvo sobre su aprendiz, diciéndole que había estado preparando otro discípulo en secreto. Enfurecido, Maul se lanzó sobre Palpatine con intención homicida. Sidious fue tomado por sorpresa, pero fue capaz de desarmar a Maul. Incluso sin arma, el zabrak siguió atacando, llegando incluso a morder la mano de su maestro, antes de ser finalmente derrotado. Satisfecho, Sidious anunció que la formación de Maul estaba completa, y que ahora era un Lord Sith.
Los preparativos finalesEditar sección

Antes de que Palpatine pudiese poner en marcha su gran plan para la extinción de los Jedi, tuvo que lidiar con una variedad de profesionales del lado oscuro. El Guardia Sol y los practicantes del lado oscuro de la Fuerza fueron reunidos todos en línea, y bajo el control directo de Palpatine. Además, Palpatine consiguió a los partidarios del lado oscuro, que estaban liderados por el ex Maestro Jedi Kadann, conocidos como los Profetas del Lado Oscuro.

El Alzamiento de Palpatine (70-32 ABY)


Darth Sidious disponía de un aprendiz eficaz, y, mientras este lo ignoraba, la promesa de otro mucho mejor. Al mismo tiempo, como el inocente Palpatine, se había granjeado una carrera política en su planeta natal que le abriría las puertas del corazón de Coruscant, de la República, su verdadero objetivo.

El inicio de su carrera política

El pacífico y cívico Naboo dispone a los jóvenes a un servicio público que es obligatorio de los doce a los veinte años y fue durante dicho servicio como Palpatine empezó su carerra política. Normalmente, tras este período la mayoría de los habitantes de Naboo abandonan la política para dedicarse a sus verdaderos futuros, pero el joven Palpatine siguió activo.

Empezó de forma bastante mediocre, perdiendo elecciones y errando en sus compromisos políticos. Gran parte de estos fallos fueron un pago necesario mientras durara el proceso de aprendizaje político, mientras que otra parte de dichos fallos eran deliberados, pues para él siempre fue muy importante que los peces gordos no se viesen amenazados ni se sintiesen tentados a interponerse en su camino mientras durase su ascenso político.


Senador Palpatine

Pese a sus decepcionantes inicios en política, aprendió mucho del sistema. A sus treinta años se mantuvo lo bastante cerca para obtener el cargo de senador que ocupaba entonces Vidar Kim. Este fue asesinado por un homicida desconocido en el 52 ABY. El asesinato de Vidar nunca fue esclarecido, es obvio creer que fue un movimiento por parte de Sidious o por Plagueis para escalar hasta el Senado Galáctico. Al ser elegido como senador sectorial paso a representar a Naboo y a otros 35 mundos aliados del sector Chommell, comenzando a hacerse efectivo su plan de conquista y venganza.

Palpatine era un gran pensador y un cultivado conocedor de los secretos de la política galáctica. Sabía que los demás senadores mirarían al novato provinciano por encima del hombro, esperando humillarlo y/o pisotearlo para aprovecharse de su situación. Sabía que para ellos no era más que un paleto y que tenia todas las papeletas para ser engullido en el frenesí político de la capital. Sin embargo no se dejó influir y decidió aprovecharse de la situación. Cuanto más le subestimasen, mejor, cuanto menos se fijasen en él, mayor y mas sorpresivo sería el golpe que daría a sus rivales. De modo deliberado, exhibió los modales propios del paleto que todos creían que era y así consiguió que, tras las burlas iniciales, nadie prestase atención a sus maniobras ni lo considerasen un rival peligroso al que vigilar.

Su interpretación fue brillante, y los senadores poderosos, siempre entregados a sus intestinas luchas de poder, ni le miraban. Libre de las miradas de sus rivales, Palpatine empezó a establecer la base para su escalada, ganándose la amistad de importantes figuras públicas, con enclaves estratégicos dentro del gobierno. Tanto senadores, como militares o representantes de las grandes corporaciones comerciales, e incluso algún ingenuo Jedi empezaron a deberle favores y a apreciar su fingida amistad y lealtad. Alguna de estas figuras ocuparían más tarde puestos de importancia en su Imperio. Algunas de estas personas fueron:

    El gobernador Wilhuff Tarkin, claro ejemplo de lo citado más arriba. Tarkin conoció a Palpatine cuando era teniente gobernador de Eriadu, y al ver en el senador la secreta ambición de poder que otros no veían, se convirtió en uno de sus más importantes valedores.
    Crueya Vandron, líder de la famosa noble casa del sector Senex, quien se convertiría en uno de sus más leales y fanáticos consejeros durante la época imperial.
    Sate Pestage, a quien Palpatine trajo consigo, una de las pocas personas que conocían realmente a Palpatine y posiblemente al único al que consideró como su amigo.
    Kinman Doriana, quien junto a Pestage era un leal ayudante. Servían de relaciones públicas y le limpiaban el camino que dejaba detrás de algunas de sus actividades "políticamente incorrectas".
    Jorus C'baoth. El senador Palpatine se unió a una fuerza de asalto de la República enviada a asegurar la desmilitarización del planeta Ando donde los aqualish habían resucitado una crisis minera. Allí fue donde conoció a Jorus C'baoth, un Jedi orgulloso y arrogante, con quien mantuvo una amistad tempestuosa, pero duradera. En sus periodos de estancia en Coruscant solían tener reuniones frecuentes para discutir de política, filosofía y sobretodo del estado de la República.
    A Palpatine le interesaba interferir en la política interna de los Jedi, así que por petición propia solicitó al Consejo de Reasignación de los Jedi que C'baoth pasase a ser su consejero personal y el Jedi ingresó en la plantilla de Palpatine. Pocos años más tarde, tras haber sufrido visiones del regreso del Lado Oscuro, C'baoth pidió el traslado y se fue al sector Elrood para destruir un grupo de usuarios del Lado Oscuro de la Fuerza. Pero el Jedi ignoraba que la causa de sus visiones residía en su amigo. Sidious dominaba el arte de las visiones y pesadillas, como se demostraría más adelante.
    Mas Amedda, el vicecanciller, su apoyo en el Senado durante su larga cancillería y después de ella, era quien le conseguía gran parte de los artefactos Sith que decoraban el despacho del Canciller.
    Trachta, quien despreciaba en secreto el oscuro culto de Palpatine y que más adelante conseguiría el título de Moff imperial.

Palpatine creció en popularidad. Escribió muchos artículos, y sus apuntes sobre política y derecho se convirtieron en importantes textos en las Universidades. Pero pese a esta creciente influencia, Palpatine seguía sin asumir responsabilidades y cargos importantes.

Es bastante posible, aunque no se ha probado, que el senador Palpatine estuviera detrás del escándalo que demostró a la opinión pública la ambición del Rey Veruna de Naboo, obligándole a ceder su puesto. Su interés podría residir en el candidato que le sustituiría, una fruta verde aún infantil pero prometedora Amidala que tendría que depender de él para gobernar el planeta.

Desestabilizaciones

La crísis de las rutas comerciales


En el año 33 ABY, Tarkin, conspiró junto a Sidious, para maquinar el asesinato de la dirección de la Federación de Comercio, que había acudido a Eriadu, el mundo natal de Tarkin, para una Cumbre de Comercio en la que se esperaba resolver el conflicto que resultaba de la ineficacia de la República para proteger las rutas comerciales y a la Federación de Comercio en particular, quien exigía permiso para armar su propio ejército. Las incursiones piratas contra la Federación de Comercio, que habían llevado a la cumbre, habían sido manipuladas por Palpatine, para orquestar el ascenso de la facción neimoidiana, encabezada por Nute Gunray, al poder de la compañía y éste al título de Virrey de la 

Federación de Comercio.

A la vez, Palpatine consiguió redirigir en secreto varios millones de créditos, que se creía habían sido robados por el Frente Nebulosa hacia las cuentas de la familia Valorum, cuyo líder era el Canciller actual. El ayudante de Palpatine, Sate Pestage, se aseguró que el intercambio fuese descubierto por el enemigo político del Canciller Supremo Finis Valorum, el senador Orn Free Taa de Ryloth, quien lo reveló al Comité de Actividades Internas y esto terminó de debilitar el ya escaso control que ejercía el Canciller. La crisis se resolvió con la gravación de unos impuestos sobre las rutas comerciales que enfureció a la Federación de Comercio. Esta solución fue propuesta por el propio Palpatine.

La crisis yinchorri

Palpatine era un maestro estratega. Su atención abarcaba todos los aspectos, tanto manipulando o vigilando a aquellos que podían servirle en sus propósitos, como en aquellos que podrían darle dolores de cabeza en un futuro. Un ejemplo de esto último lo encontramos en los yinchorri, una especie belicosa pero poco brillante con un incómodo gusto por la guerra, testarudez y resistencia al control mental de la Fuerza, que podían interferir en los planes del Sith.

Para acabar con dicha amenaza, en el 33 ABY, movió varias facciones, manipulando para ello peones como los cazarrecompensas, en esta situación dirigidos por el poco brillante Vilmarh Grahrkh, para hacer que los yinchorri iniciasen un conflicto armado tras su reciente incorporación a la República y la adquisición ilegal de armas. La súplica de los desesperados habitantes de los planetas cercanos y el asesinato de dos miembros de su Orden, movió al Consejo Jedi a enviar a nueve de los suyos para solucionar el conflicto, dirigidos por el propio Mace Windu. Además de enfrentarse a un rival bien armado descubrieron con sorpresa que estos disponían de un metal llamado cortosis capaz de detener los sables de luz.

Mientras los Jedi luchaban con sangrientas fuerzas yinchorri en cuatro planetas diferentes del sistema Yinchorr, un grupo numeroso de estos agresores se coló y atacó el mismísimo Templo Jedi en Coruscant. Su propósito: matar a todos los Jedi allí presentes, pero fueron vencidos fácilmente, lo que demostró que los yinchorri atacaban espoleados por alguna facción que todavía no había enseñado su cara. Tras ser diezmados y tras el bloqueo que ordenó Valorum, los yinchorri no tuvieron más remedio que rendirse y permanecer controlados por la República y los Jedi. La victoria se vio ensombrecida por la muerte de varios Jedi.

Ataque al Sol Negro

Tras la caída de los yinchorri, Palpatine fijó su atención en otra amenaza, la organización criminal más grande de la Galaxia, temida incluso por los hutts, el Sol Negro. Envió a su aprendiz, Darth Maul, para que la descabezase y desarticulase, asesinando a su líder de entonces, Lexi Garyn, un candidato a Jedi rechazado, y a sus nueve vigos, cada uno de los cuales dirigía una región de planetas con fuerzas y cuarteles propios. Darth Maul acabó poco a poco con todos ellos y con todo el que se interpusiera.


La crisis de Naboo (32 ABY)
El senador Palpatine había dispuesto los principales elementos sobre el tablero y la Federación de Comercio, liderada por los manipulables neimoidianos, sería su peón principal. El Canciller Supremo Valorum era igualmente maleable y el monarca de Naboo había sido reemplazado por una nueva reina, tan maleable como el resto. Palpatine tenía el control de ambos lados del tablero y era el momento de la siguiente jugada, que asentaría su poder sobre la Galaxia.

El bloqueo de Naboo

Darth Sidious garantizó a Nute Gunray su ascenso a virrey y al poder a cambio de sus servicios. Era hora de que el nuevo virrey pagara su deuda con los Sith. La Federación debía responder a la afrenta que suponían los nuevos impuestos sobre las rutas comerciales que tanto les dañaban. Esta resolución fue propuesta por el senador Palpatine, representante de Naboo, senador el cual Gunray no tenía ni idea de quien era en realidad. La Federación de Comercio reunió sus cargueros armados alrededor del sistema Naboo. Cuando Sidious decidió que era el momento, clausuraron los accesos al planeta y al que fue un próspero puerto comercial. Nadie podía entrar o salir del planeta.

Durante un largo mes, el Senado debatió con dureza, pero la burocracia ahogaba a la República y nada se hizo para ayudar a Naboo. El representante de la Federación en esa cámara, Lott Dod, expresó que no habían infringido ninguna ley de la República. Dod usaba la burocracia para controlar al Senado y sabía que no se podía enviar al Departamento Judicial si no se había cometido ningún crimen. Ante esto, Valorum se vio más hundido y debilitado. Mientras, Palpatine instaba a la Reina Amidala a esperar hasta que el Senado tomase una decisión.

La joven Amidala demostró ser más difícil de dirigir de lo esperado y tras contactar directamente con Valorum, le responsabilizó personalmente del sufrimiento de su pueblo. Desesperado, Valorum decidió actuar y por eso acudió directamente al Consejo Jedi sin informar al Senado (infringiendo la ley al hacerlo), y en conjunto se envió en secreto a los embajadores Jedi, el Maestro Qui-Gon Jinn y a su entonces aprendiz, Obi-Wan Kenobi, para intentar convencer a los neimoidianos.

La invasión de Naboo

Palpatine sabía que los neimoidianos eran cobardes y cuando estos, asustados, se dirigieron a él (como Darth Sidious) para informarle de la llegada de los embajadores Jedi, adelantó sus planes, ordenó que se ocupasen de ellos y que comenzasen la invasión. Los neimoidianos actuaron inmediatamente, destruyendo el crucero de los Jedi e interrumpiendo de inmediato todas las comunicaciones del planeta.

La invasión fue excelente y en tan solo un día la mayoría de las ciudades principales cayeron en manos de la Federación. La misma Amidala fue capturada con todo su séquito y los neimoidianos le ofrecieron un tratado que legitimaría la invasión. Pero ella se negó en redondo a firmarlo.

Sidious fue informado más tarde de que los Jedi habían sobrevivido, rescatado a la Reina Amidala, abandonado el planeta y roto el bloqueo. Sin demostrar ira o decepción, les envió a su aprendiz Darth Maul. "Él encontrará la nave perdida" fue su escueta frase.

La búsqueda de la reina Amidala

La nave de Amidala fue dañada durante la huída y los Jedi recomendaron aterrizar y reparar la nave antes de seguir hacia Coruscant. El lugar en cuestión resultó ser Tatooine, un oscuro mundo desértico en el sector Arkanis. El lugar del experimento original de Darth Plagueis.

Antes de descender sobre el planeta, la Reina se comunicó con Palpatine y le informó que la nave había sido dañada y había realizado un aterrizaje de emergencia, sin precisar dónde, por si la Federación estaba rastreando sus comunicaciones. Qui-Gon Jinn permitió esta comunicación porque no esperaba que la auténtica amenaza para Amidala proviniese de su propio senador. El envío de tal mensaje fue el peor error que podía haber cometido la Reina, ya que ahora Palpatine podía rastrear la señal y averiguar dónde habían aterrizado exactamente. Darth Maul estableció que Tatooine tenía que ser el destino más probable, pero se precisaba una confirmación. Para ello, los neimoidianos habían intentado rastrear a Amidala, y para ello usaron al leal gobernador de Naboo, ahora prisionero, Sio Bibble, quien emitió un mensaje desesperado a su monarca. Pese a no haber respondido, ahora los Sith estaban razonablemente seguros de que seguían en Tatooine.

Detrás de toda esta intriga, Sidious estaba seguro de que el "experimento", el niño concebido a través de la Fuerza, el resultado final de las investigaciones de Plagueis, estaba en Tatooine y los Jedi no debía interferir: si el niño abandonaba Tatooine, el resultado serí impredecible y los Jedi podían hacerlo inviable para los Sith. Maul debía eliminar primero a los Jedi, pese a desconocer tal complot que podría rivalizar con él, y llevarse a la Reina cautiva. Pese a su preparación, Maul fracasó y la Reina llegó a Coruscant.


La caída de Valorum


Pese a que su plan original era alargar la causa durante meses para propiciar una lenta agonía final de la legislatura de Valorum, los últimos acontecimientos de la agresiva Reina hicieron que cambiara a otro plan todavía mejor.

Palpatine solicitó una audiencia con la Reina Amidala en su modesto apartamento privado en el edifcio República 500, para preparar una estrategia. Su conversación fue una sencilla y eficaz obra de manipulación psicológica y del disfraz. Había pasado los últimos meses anteriores granjeándose la confianza de la Reina y sabía que la joven aceptaría sus consejos mejor de lo que habría hecho el carcamal de Veruna. Por eso, cuando Amidala se encontró con la apatía del Senado y Palpatine le habló de los rumores de corrupción de Valorum y del poder que ejercían los burócratas, se rindió a sus consejos.

Palpatine le dio dos opciones: iniciar una moción de censura contra el Canciller Valorum e impulsar la elección de un líder más eficaz, o llevar el asunto a los tribunales, quienes tardarían aún más. Como Palpatine había previsto, Amidala rechazó la vía judicial y aunque se apenó por el destino del Canciller, su mundo era lo primero y la elección fue clara. Amidala sería pues el martillo que clavaría la tapa del ataúd del gobierno Valorum, en una sesión especial del Senado. En dicha sesión, se hizo patente el desvanecimiento del poder de Valorum, quien por petición de los burócratas, sugirió el envío de una comisión, sugerencia que fue rechazada y respondida con la ya tristemente famosa moción de censura.

Los senadores Aks Moe de Malastare y Edcel Bar Gane de Roona secundaron la moción de Amidala. Todos esperaban un momento como aquel, y Valorum era ya tan impopular que todos cayeron sobre él. A Palpatine sólo le quedaba asegurar su candidatura.

El ansiado asiento de la Cancillería provocó la competición de las dos principales facciones del Senado. Los lealistas, senadores íntegros alarmados por un gobierno inestable, buscaban un líder fuerte que acabase con la corrupción. Los senadores corruptos también querían estabilidad, pero para seguir aprovechándose del sistema, y buscaron una figura manipulable y populista que mirase a otro lado mientras ellos se enriquecían. Bail Antilles, representante de Alderaan, fue la elección de los lealistas, Ainlee Teem, representante de Malastare, fue la elección de los corruptos. Ambos llevaban meses haciendo campaña, instensificada desde el escándalo de corrupción.

Pero Palpatine llevaba meses trabajando para llamar la atención a los influyentes senadores que se movían en la ambigüedad entre las otras dos facciones, liderados por Orn Free Taa de Ryloth. El obeso Taa sabía que ni Teem ni Antilles tenían oportunidad de obtener mayoría electoral. Por eso en cuanto estalló el escándalo de corrupción, los sutiles movimientos e intervenciones de Palpatine llamaron la atención de Taa quien ingenuamente pensó que podía convertir al tímido en depredador. Según el punto de vista de Orn Free Taa, Palpatine tenía pocos enemigos y muchos amigos en el Senado y eso aseguraba la unanimidad de las facciones y de los indecisos para trabajar bien con él, así que respondió por él, y Palpatine resultó nominado. Éste sabía que la crisis en su planeta le proporcionaría un fuerte simpatía y atraería votos que marcarían la diferencia. "Seré Canciller", explicó a Amidala de vuelta en el República 500. Palpatine fue el candidato más votado y se convirtió en Canciller Supremo por un margen muy amplio y tras tomar juramento de servicio prometiendo preservar la República y devolverle su gloria. El Senado abrazó ansioso la tercera opción que representaba Palpatine. Los partidarios de Bail Antilles podían contar con que Palpatine se mantendría alejado de los senadores corruptos, y los partidarios de Ainlee Teem se regocijaron por su aparente docilidad. Finis Valorum fue expulsado de su servicio en una humillante derrota política y pasó los dos años siguientes recluido, esperando que el disgusto del público se desvaneciese. Contribuyó con lo que pudo y donde pudo pero nunca recibió ni muestras de gratitud ni perdón. Fue un gran triunfo de Darth Sidious.
La elección como Canciller Supremo

Palpatine mantuvo su apartamento privado en el edificio República 500 como residencia principal pero se mudó a la Suite del Canciller en el Edificio del Senado, inmediatamente debajo de la cámara. Eliminó todo rastro de Finis Valorum y lo convirtió en su santuario. El azul, que había sido el color preferido de Valorum, desapareció. El color rojo dominaba la decoración, y la estancia estaba adornada con obras de arte de valor incalculable (muchas de ellas objetos Sith demasiado oscuros para ser reconocidos). Un par de bajorrelieves de unos tres mil años de antigüedad mostraban una batalla de la Gran Guerra Hiperespacial, en la que unos abrumados Jedi caían ante el ataque de engendros de guerra creados por los Sith (Algunos lo consideraban un tributo al valor Jedi). Algunos habían sido obtenidos para Palpatine por su sirviente, el vicecanciller Mas Amedda, anticuario aficionado que conocía la historia Sith y tenía fondos para registrar la Galaxia en busca de lo que él llamaba, con gran sarcasmo, chucherías.

Pero Palpatine introdujo dos piezas que eran sus auténticas favoritas. La primera era una nueva silla de mando, negra, parecida a un trono y blindada. Esta silla, con ciertas modificaciones, sería su puesto de poder durante más de cuatro décadas y copias de ella se instalarían en cada nave, puesto y edificio que Palpatine tuviese posibilidades de visitar. La segunda pieza era la escultura de neuranio de Sistros, que ocultaba en su interior un objeto aún más precioso; un sable de luz Sith, sellado en la escultura en el momento en que fue forjada. Palpatine hizo poner la escultura en su antecámara. Otros sables de reserva, y su capa negra, fueron escondidos en otras obras de arte y en compartimentos secretos de la estancia, esperando el momento de ser liberados cuando Palpatine mostrase su auténtica personalidad.
La Batalla de Naboo

La Reina Amidala decidió regresar a Naboo para liberarlo, llevándose a Qui-Gon Jinn y a Obi-Wan Kenobi como protectores. Palpatine, personificado en Sidious, contactó con los neimoidianos y les ordenó matar a Amidala cuando llegase y para ayudarles les envió a su aprendiz Darth Maul. "Pronto, los neimoidianos dejarán de sernos útiles", explicó a Maul.

Palpatine se quedó en Coruscant gestionando su elección como Canciller pero sacando tiempo para revisar los informes enviados por su aprendiz. Amidala estaba fuera del alcance de Gunray y había reuniendo un ejército tras forjar una alianza con los gungan, antiguos rivales de los naboo. El resultado de la llamada Batalla de Naboo, o batalla de las Llanuras Verdes, le importaba muy poco. No importaba quién ganase la batalla. Si Amidala caía se convertiría en un mártir y eso le permitiría establecer acciones definitivas contra la Federación de Comercio. Pero si triunfaba podría usar su victoria como un símbolo de la nueva actitud de la República. Su única pérdida había sido Darth Maul, quien tras matar al maestro Qui-Gon Jinn, había sucumbido ante el joven Obi-Wan Kenobi. Sidious lamentó la pérdida de tan valiosa herramienta, pero como tal, era reemplazable y mejorable.

Palpatine fue informado del rol que un joven esclavo liberado de Tatooine llamado Anakin Skywalker, había interpretado en la batalla. El muchacho apenas llegaba a los controles pero había conseguido destruir la nave clave del ejército de la Federación. El Consejo Jedi se había fijado en él, temiéndole, todavía sin convencerse de que se tratase del "Elegido" que traería equilibrio a la Fuerza, y pese a su edad, se permitió que fuese tomado como discípulo padawan por Obi-Wan Kenobi. Sidious hubiese preferido que el experimento de Plagueis permaneciese en Tatooine, pero ante la situación decidió manipular los acontecimientos para que el niño fuese algún día su aprendiz. "Seguiremos tu carrera con gran interés". Desde luego, cumplió su palabra.

Pero Palpatine necesitaba un nuevo aprendiz que le sirviese el tiempo necesario hasta que el joven Skywalker estuviese listo. Los Jedi estaban preocupados por la reaparición de los Sith, revelada con la aparición de Darth Maul, pero estaban tan ciegos que no eran capaces de ver que el mal ya había alcanzado la Cancillería y la República estaba controlada por sus enemigos.


La República bajo el mandato de Palpatine (32-24 ABY)

La Guardia Roja


Un emblema de los tiempos que estaban por venir fue la controvertida Guardia del Canciller, o simplemente Guardia Roja, llamada así por sus togas Rojizas. Remplazaron a la Guardia Senatorial de toga azul en las tareas de protección del Canciller y esta fue reasignada a las custodia de los senadores. Una guardia personal para un jefe de estado era vista como un abuso de los valores de la República y, como tal, algunos en el Senado se vieron obligados a protestar. Por supuesto, Palpatine quería una unidad de guardaespaldas, pero no podía permitirse que le vieran solicitando directamente una. Así que creó una situación en la que se le pudiese imponer una y sus instrumentos para lograrlo fueron dos personas; el capitán de la guardia Prid Shan y el Jedi Ronhar Kim.

La República seguía cayendo en picado y los fondos para la guardia senatorial también habían menguado. Al mismo tiempo, según crecían las amenazas potenciales contra la integridad del Canciller (Hubo al menos dos intentos de atentado contra la vida de Palpatine en su primer año de mandato, ambos orquestados por él mismo), Shan reconoció que la guardia necesitaba mejor equipo y entrenamiento. Insistió en que el Senado financiase las medidas para reformar a la Guardia y hacerla adaptable a la situación actual. Públicamente, Palpatine fingió avergonzarse ante la idea de soldados entrenados para proteger su persona, pero ideó un medio para asegurarse de que las preocupaciones de Shan fuesen atendidas.

Palpatine se aseguró de que Ronhar Kin, Maestro Jedi y uno de sus primeros aliados en el gobierno, estuviese presente cuando dos miembros de la Guardia Senatorial atentaron contra el senador Viento. Como era de esperar, Kim los detuvo rápidamente. No se conocen los métodos usados por Sidious para impulsar a los guardias a actuar y después a suicidarse con un veneno de acción rápida antes de que pudiesen ser interrogados . Lo único que quedó claro es que la Guardia Senatorial había fallado en un momento crucial, y las palabras del capitán Shan, respaldadas por las voces de Viento y otros senadores, recibieron suficiente peso para salir adelante.

Rápidamente se formó la Guardia Roja, y se puso bajo la autoridad personal de Palpatine quien se aseguró que su diseño inspirase miedo en quienes se topasen con ellos. Sus togas rojas y sus armaduras estaban inspiradas parte por la Guardia Senatorial pero sobretodo en dos unidades mucho más feroces: El Turno de Muert del sistema Mandalore, y los Guardias del Sol del sistema Thrysus.

El Proyecto Vuelo de Expansión

Una de las más polémicas y misteriosas de las intrigas menores de Palpatine fue el lanzamiento y posterior destrucción del Proyecto Vuelo de Expansión, una misión con objetivos científicos para adentrarse en otra galaxia, ideada desde el principio por el entusiasmado maestro Jorus C'baoth. Palpatine se ganó tiempo ha la amistad del inestable C'baoth y durante años ambos habían discutido la posibilidad de que existiese vida fuera de la Galaxia conocida. Como Palpatine esperaba, esa posibilidad nunca abandonó la imaginación de C'baoth y, en el quinto año de su legislatura (27 ABY), se convirtió en propuesta: el Proyecto Vuelo de Expansión. El equipamiento: seis cruceros pesados unidos a un gran tanque de combustible central, se convertirían en una única nave y serían lanzados en un rumbo a través de los márgenes de la República y después a las Regiones Desconocidas, más tarde al gran vacío, para acabar alcanzando una Galaxia cercana de donde volverían con jugosa información.

Inconvenientes:

    El viaje intergaláctico había sido considerado imposible debido a las ondas cruzadas formadas por las masas galácticas en el hiperespacio, pero C'baoth demostró que los Jedi podían usar la Fuerza para calmar esa ondas y las pruebas en la frontera de las Regiones Desconocidas parecían demostrarlo. Así pues, C'baoth solicitó que él, y tantos Jedi como fuese posible, se unieran a la expedición. Ese era el apetitoso objetivo de Sidious: un único y gordo blanco, lejos de miradas indiscretas, para poder eliminar a un gran número de maestros Jedi. Así que dio luz verde a C'baoth para seguir adelante mientras el Canciller se aseguraba de que el proyecto madurara.

    El Senado fue el más grande de los incovenientes del proyecto. Se negaba a financiar esta carísima expedición, así que Palpatine envió a su espía de confianza, Kinman Doriana, para asegurarse de que C'baoth obtuviese la credibilidad que necesitaba para poner al Senado de su parte. Se ideó un complot en el que la resolución de una disputa sobre los derechos mineros entre la Alianza Corporativa y un gobierno regional en Barlok terminó con un intento de asesinato contra el Canciller y que se dispuso de forma que C'baoth desbaratase el plan. Este complot concluyó con un C'baoth que regresaba triunfante y sellando un pacto. El Senado aprobó sin más problemas la Medida 4213.0410, en la que se proporcionaría financiación y equipamiento completo al proyecto Vuelo de Expansión. Por su parte, el Consejo Jedi también cedió y aceptó no sin reticencias a asignar seis maestros, entre ellos C'baoth, y once caballeros.

Finalmente el Vuelo de Expansión se lanzó en el año 27 ABY desde Yaga Menor, en los límites del espacio de la República, rumbo a las Regiones Desconocidas. Para la destrucción del proyecto, Lord Sidious encargó a Doriana ocuparse del asunto, para lo que se armó una flota de aliados comerciales de Darth Sidious: Dos naves de guerra clase Lucrehulk, siete cruceros de escolta de la Federación de Comercio, seis transportes interestelares clase Celdadura de la Tecno Unión y cerca de tres mil cazas droide, todos bajo el mando del neimoidiano Siv Kav; era la mayor potencia de fuego desde la Batalla de Naboo. Pero nadie contaba con la intervención de un elemento inesperado, un comandante chiss llamado Mitth'raw'nuruodo, que más adelante sería conocido por toda la Galaxia bajo el diminutivo de Thrawn.

Inicialmente, la trampa tejida por Doriana se cerraría en las zonas limítrofes del poco conocido Territorio Chiss, donde nadie vería nada, pero su fuerza fue descubierta por una pequeña patrulla de la Flota Defensiva de Expansión Chiss, comandadas por un joven oficial llamado Mitth'raw'nuruodo. Doriana intentó un contacto pacífico, pero Siv Kav se lanzó al ataque. Thrawn consiguió inutilizar los cazas de Kav, descubrió rápidamente el punto débil de cada nave que atacaba, y lo explotó. En pocos minutos, sólo quedaba una nave de Kav sin destruir, y eso sólo porque Thrawn quería a alguien vivo para interrogarlo. Tal hazaña llamó mucho la atención del Sith, y Mitth'raw'nuruodo sería uno de los pocos en contactar directamente con Sidous por mediación de Doriana.

Palpatine viajó rápidamente hasta la remota Roxuli, la última parada del Vuelo de Expansión antes de que dejase atrás la República, y se encontrase con su destino. Su misión oficial era asegurar los servicios de Jorus C'baoth como negociador entre el gobierno local de Roxuli y sus colonias mineras, pero en realidad había acudido a salvar a Anakin Skywalker. Sidious había recibido un informe de Doriana que revelaba que C'baoth había añadido al joven Skywalker a la tripulación por su cuenta. Su futuro aprendiz peligraba en su conspiración, así que arregló el asunto aunque para hacerlo tuviera que liberar también a su maestro Obi-Wan Kenobi.

El proyecto finalizó con Mitth'raw'nuruodo destruyendo el Vuelo de Expansión, aprovechando un carta sacada de la manga local: los nómadas vagaari, y acabó así con ambos grupos. Esto impresionó a Sidious, amante de las tretas que implicaban la destrucción mutua de sus enemigos. Y aunque Mitth'raw'nuruodo sabía de la existencia de Sidious y de la auténtica identidad y posición del espía Doriana, este eligió no matarle, pues el estratega chiss podía seguir siendo un útil aliado para la causa Sith, peligroso, pero era mejor apuntarlo hacia los enemigos de Sidious que hacia el mismo Sidious. Sobre C'baoth, un aliado aún más peligroso, el inestable maestro Jedi ya no era un problema para él. Pero incluso después de muerto, Sidious tenía un modo de utilizarle en el futuro si hacía falta....

La crisis separatista

El descontento general de los ciudadanos de la República hizo que algunos se quitaran las legañas de los ojos y exigieran a sus senadores y gobiernos locales mayor autonomía para resolver sus problemas de los que la República nunca se ocupaba. Tal impopularidad hizo que algunos sistemas se independizaran y retiraran su representación en el Senado. Esto generó un efecto dominó en varios sistemas, que, por supuesto, fue previsto por Sidious, quien lejos de provocarlo, no hizo más que esperar a que ocurriera para conducir a todas las partes a su tablero y disponer el siguiente movimiento, de una jugada maestra a la par que sangrienta. Pero para ello, tanto Palpatine como Darth Sidious tenían que jugar su papel, y este último necesitaba urgentemente un aprendiz que le ayudara a realizar sus planes.

Darth Sidious y Darth Tyranus

La carencia de tiempo, dada por sus obligaciones como Canciller, impedían que Darth Sidious pudiera lanzarse a la búsqueda de un nuevo aprendiz al que seducir, según la forma habitual. Pero cada una de sus dos identidades requerían obligaciones que no podía desatender, así que no hizo otra cosa sino estar atento. Y al poco llegó el candidato perfecto: un Maestro Jedi decepcionado con el sistema que defendían los suyos llamado Dooku. Este otrora noble Jedi era un veterano curtido en los caminos de la Fuerza y era todo un maestro con el sable, con estilo propio. Además tenía las cualidades necesarias para un Sith y que Darth Maul carecía: era astuto, paciente, inteligente y carismático. Sidious necesitaba todas esas cualidades para la fase más importante de su plan y estudió la forma de atacar las debilidades de Dooku.

El Maestro Dooku, apenado y exaltado por la muerte de quien fue su aprendiz, Qui-Gon Jinn, había estado insistiendo con preocupación al Consejo Jedi para que se esforzaran y volcaran todos sus esfuerzos en la amenaza Sith. Uno había sido destruido en Naboo, ¿por qué los Jedi no dedicaban todos sus esfuerzos a encontrar al segundo Sith?. Las decisiones del Consejo irritaban a Dooku, y el hecho de que su antiguo padawan muriera en nombre de la República corrupta, convencían al viejo Jedi de que los ideales de la Orden y los suyos podían no ser necesariamente los mismos. La arrogancia de Dooku le convenció de que él mismo podría ser el Elegido. Dooku abandonó a los Jedi, recuperó su título de conde y decidió encontrar al Sith perdido por su cuenta. Finalmente fue el propio Sidious quien se acercó a él, quien no tuvo que esforzarse demasiado en demostrarle al Jedi descontento que estaba fascinado por los Sith y en descubrir cómo aprovechar todo su poder sobre la Fuerza.

Ambos compartían que la República se estaba acercando a un punto insostenible, que era necesario establecer un cambio, un nuevo orden para mejorar las cosas. Tras muchas discusiones, Sidious persuadió poco a poco a Dooku de que sus objetivos eran muy similares y su visón política también. No sólo eso, sino que el Conde Dooku saboreó la idea de formar un gobierno y hacer que las cosas fuesen como tenían que ser. No sin dificultad, Dooku aceptó la oferta de Sidious y a cambio de sus servicios, el Sith prometió enseñarle los poderes y secretos del lado oscuro de la Fuerza y cómo usarlo para alcanzar los cambios positivos que pretendía. Pero para ello, Dooku tenía que mostrar su compromiso y lealtad.

Dooku seguía contando con amigos entre los Jedi. El maestro Sifo-Dyas, antiguo miembro del Consejo Jedi estaba preocupado por la repentina marcha de Dooku, y tras ver que el Consejo Jedi no parecía cerciorarse o al menos preocuparse de que llegaban tiempos oscuros, pidió consejo a Palpatine. Este le engañó, y le hizo creer que tenían que tomar una decisión alternativa para proteger a la República, así que lo mandó a ponerse en contacto con los maestros clonadores de Kamino y que encargase un ejército enorme de soldados clon. Y así lo hizo el confiado Sifo-Dyas, ignorando lo que estaba a punto de provocar.

Mantener en secreto el ejército era vital, así que Sidious ordenó a Dooku eliminar a su viejo amigo Sifo-Dyas. El viejo Jedi renegado lo asesinó sin dudar, demostrando así su compromiso con los Sith. Así, Dooku fue ordenado con el título de Darth Tyranus y mandó a su nuevo aprendiz borrar de los archivos Jedi todos los registros del planeta Kamino.


El Ejército Clon

La nueva tarea de Darth Tyranus fue encontrar al mejor candidato como guerrero para ser usado como patrón genético para el ejército clónico que había pedido Sifo-Dyas. Tras las brutales pruebas, Tyranus finalmente eligió al cazarrecompensas Jango Fett como el candidato perfecto. El mercenario aceptó el trato a condición de que además del pago, se incluyese un clon suyo inalterado. Así, los maestros clonadores kaminoanos comenzaron en secreto la creación de un temido ejército.

La Confederación de Sistemas Independientes


Siguiendo los planes de su maestro, el Conde Dooku reapareció ante la opinión pública galáctica para formar un movimiento sececionista, y gracias a su reputación y carisma, consiguió arrastrar a su causa a varios sistemas descontentos. Varias de las organizaciones comerciales más importantes se unieron para crear la Confederación de Sistemas Independientes, naciendo así el agresivo movimiento separatista en el año 24 ABY liderado por el propio Dooku. La Confederación proporcionó a Dooku un enorme ejército androide que las compañías utilizaban para protegerse y que ahora se usarían para prepararse para la guerra. No contento con ello, Sidious quiso ir un paso más allá y desarrollar una nueva fase de su increiblemente ambicioso plan: encargó a los fabricantes de armas geonosianos el desarrollo de una poderosa estación de combate espacial, con la potencia suficiente como para destruir un planeta. Ya veía la luz el proyecto Estrella de la Muerte, que simbolizaba el poder por el miedo, doctrina que Tarkin apoyaba fervientemente.

El alarmismo creado permitió a Palpatine recibir un mandato especial que le permitiese continuar en el cargo como Canciller Supremo hasta el fin de la crisis separatista. Fue un proceso relativamente sencillo, pero que contó con la oposición de un escaso pero importante grupo de senadores que formaron lo que se denominó Comité Leal. De este comité se puede decir que algunos de sus senadores integrantes como Aks Moe, fueron asesinados y la senadora Padmé Amidala, sufrió dos atentados contra su vida en el propio Coruscant

Estos atentados eran una condición exigida por el virrey Nute Gunray para garantizar la cohesión de la Federación de Comercio para con la causa separatista. Dooku encargó los servicios a Jango Fett, quien a su vez utilizó a una cambiante clawdite llamada Zam Wesell. Pero la senadora, protegida por los Jedi Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker sobrevivió y sus guardianes dieron con Zam Wesell, de quien poca información pudieron sonsacar, pues Fett acabó con ella usando un dardo sable Kaminoano venenoso. Este pequeño dardo fue suficiente para que el Maestro Kenobi, pudiera rastrear su origen hasta Kamino.

La misión de los Jedi se escindió: Anakin Skywalker protegería a Amidala en Naboo y Kenobi se dirigió a Kamino donde descubrió con estupor el enorme ejército clon que se estaba creando para la República, y lo más chocante era que lo había encargado el difunto Sifo-Dyas. Pese a ello, Kenobi localizó a Jango Fett quien escapó con su hijo Boba Fett. Kenobi rastreó a su nave, el Esclavo I, llegando al apartado Geonosis. Allí, Kenobi descubrió a los instigadores del atentado, y a la naciente Confederación que buscaba formar un ejército. El Consejo Jedi pudo ser informado y el Senado Galáctico advertido antes de que Kenobi fuera capturado.

Mientras, Anakin Skywalker, presintiendo un futuro funesto para su madre partió junto a Amidala a Tatooine. Allí, el joven padawan averiguó que Shmi se había casado con un tal Cliegg Lars, de quien a su vez descubrieron que hacía poco que su madre fue raptada por los moradores de las arenas. Anakin Skywalker dio con su madre en un campamento tusken a tiempo para que su madre pudiera morir en sus brazos. El asesinato que acontenció después a manos del vengativo Jedi marcó una huella indeleble en el muchacho. No quedó nadie vivo, ni siquiera los niños. La perturbación en la Fuerza fue tal, que Yoda y Palpatine la percibieron desde Coruscant.

El Canciller Palpatine y el vicecanciller Mas Amedda encontraron fácilmente la forma de que se dispusiera del ejército clon y se diesen poderes especiales a Palpatine para llevar a cabo tan duras decisiones. Las lágrimas de cocodrilo de Mas Amedda convencieron al representante Jar Jar Binks, sustituto de Amidala, para que votase a favor de la propuesta. Palpatine, por supuesto, aceptó la resolución bajo promesas de rechazo del poder y amor a la democracia. Nacían las Guerras Clon.

Las Guerras Clon.

A partir de ese momento Palpatine no perdió ni un solo instante. Usó sus nuevos poderes para utilizar el ejército clon y la primera acción de guerra fue ir a Geonosis a liberar a Amidala, Kenobi y Skywalker quienes estaban retenidos a la fuerza por la Confederación y condenados a muerte. Los clones iban comandados por los Jedi, y en su primera prueba de combate real demostraron ser armas letales. Muchos Jedi murieron y el alto mando de la CSI escapó, junto al proyecto Estrella de la Muerte, pero la Batalla de Geonosis fue al fin y al cabo, un éxito para la República, consiguiendo derrotar a los separatistas que se batieron en retirada.

Guerra dentro y fuera de la República

Archivo:Batalla de Coruscant.jpgLas Guerras Clon se extendieron por toda la Galaxia
Las Guerras Clon, durante este sangriento periodo, Palpatine reforzó todavía más su poder. La aprobación de la Enmienda Reflejo, que le daba autoridad legítima de resolver de modo autoritario las disputas y asuntos planetarios, es una clara muestra de en lo que se estaba convirtiendo la República. Aún así, muchos le culparon como era natural, por los estragos que causaba la guerra: muertes, refugiados, ataques, exilios... Muchas voces en el Senado eran acalladas, y algunos senadores desaparecieron o fueron arrestados en circunstancias poco claras. La situación era cada vez más agónica y el senador Bail Organa, virrey de Alderaan, llegó a reunirse en secreto con el antiguo Canciller Supremo Finis Valorum, para intentar averiguar que escondía Palpatine. Las sospechas que éste despertó en Organa fueron descubiertas por Sidious, y Valorum murió en un desafortunado accidente sobre la superficie de Coruscant.

Pese a que la confianza en Palpatine se erosionaba, éste continuaba controlando a la Confederación a través del Conde Dooku, quien orquestó un asalto contra Kamino que falló, para asegurar que la Galaxia siguiese en conflicto varios años más. También, bajo la aprobación de Sidious, empezó a entrenar a algunos acólitos como Asajj Ventress para que le ayudasen. Uno de los golpes maestros que provocó esta guerra, causada principalmente por la corrupción, fue el cisma que casi llegó a formarse dentro de la propia Orden Jedi. Sus integrantes se veían en el deber de servir como generales comandando hordas de clones contra ejércitos de androides, llevando a sus hombres a la muerte. Muchos Jedi dudaban de si su hermano, el Conde Dooku no estaba en lo cierto y la República debía ser apartada. Maestros como Sora Bulq o Quinlan Vos cayeron engañados por la oportunidad de poder o de acabar con el mal ofrecida por la mano de Dooku.

La caída de Darth Tyranus

El saturado Consejo Jedi sospechaba que alguien del Círculo Interno cercano al Canciller, probablemente Sate Pestage, podría ser el maestro Sith, Darth Sidious, del que Dooku había hablado al Maestro Kenobi durante su cautiverio en Geonosis. Las sospechas llegaron después de la Primera Batalla de Cato Neimoidia, en el año 19 ABY. Las fuerzas de la República comandadas por el capitán Jan Dodonna encontraron la mecano-silla del virrey Nute Gunray que incorporaba un holocomunicador. Les condujo al escondite de Darth Sidious en una marginal zona de obras en Coruscant. Este escondite les llevó también al apartamento de Palpatine y de sus consejeros en el edificio República 500.

El taimado Canciller sabía que el fin de la guerra estaba cerca porque él controlaba la guerra a su gusto, y desvió a la mayoría de la flota encargada de la defensa de Coruscant a despachar a la llamada "Tríada del Mal": (Felucia, Mygeeto y Saleucami). Al mismo tiempo, Sidious ordenaba al líder separatista, el General Grievous usar una ruta secreta a través del hiperespacio que discurría por el Núcleo Profundo para atacar Coruscant por sorpresa. Era casi la jugada final.

Grievous, comandante en jefe de los ejércitos androide, secuestró al Canciller Supremo Palpatine durante un masivo ataque a Coruscant, que duró una semana. Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker lideraron el rescate, proviniendo a toda prisa del asedio del Borde Exterior. Encontraron a Palpatine a bordo de la nave insignia de Grievous, la Mano Invisible. Pero mientras el General lideraba a sus fuerzas, el Conde Dooku salió al encuentro de los Jedi. Obi-Wan fue derrotado y cayó fuera de combate, pero Anakin, quien ya era todo un Caballero Jedi derrotó al Sith, los desarmó y, por petición del Canciller, lo decapitó. Palpatine ansiaba con tomar al joven Anakin como aprendiz, así que hizo que el mismo candidato se crease su vacante sin saberlo.


Darth Vader

La seducción de Anakin Skywalker fue relativamente sencilla, pues desde el momento en que entró en la Orden Jedi Palpatine ejercía su influencia sobre él, ganándose su amistad. Lo que le quedaba era hacer que el ambicioso joven se distanciara más aún del Consejo Jedi, quienes le temían y sentían desconfianza del joven. Pese a ello, aprovechándose de la amistad del joven con el Canciller, se le encargó que espiara para ellos sus actividades. Palpatine, por su lado, previendo este paso dado por el Consejo, le tranquilizó y le propuso ser su representante personal en el Consejo Jedi, siendo la primera vez que alguien tan joven era honrado con ello. El reticente Consejo aceptó, reemplazando así al maestro Even Piell, pero para decepción de Anakin, no recibió el rango de maestro, lo que le sentó como insulto. Junto a esto, Palpatine atormentaba a Anakin con visiones de su esposa secreta, Padmé Amidala, muriendo durante el parto del hijo de ambos. Anakin Skywalker temía perder a su esposa tal y como perdió a su madre, así que al Canciller solo le quedó prometer al joven Jedi iluminarle en el poder de la Fuerza sobre la vida, el poder que le enseñó en su día Darth Plagueis, pero para ello debía abrirse al conocimiento secreto y vetado de los Sith. Este poder era la única forma de evitar la muerte de Padmé. Era el momento de la revelación.

Cuando Palpatine se descubrió como Darth Sidious ante Anakin, éste corrió a avisar al Maestro Mace Windu quien le ordenó tajantemente no participar en el arresto y a quedarse en el Templo Jedi mientras él y los maestros Saesee Tiin, Agen Kolar y Kit Fisto se ocupaban del Canciller. Palpatine saludó cordialmente a los Jedi como si nada hubiese cambiado, aunque sabía que había empezado el fin del juego. Tras anunciar su arresto encendiendo sus sables, Palpatine esgrimió el suyo propio. Con un rugido Sith sobrehumano, Sidious se lanzó contra ellos y los mató rápidamente, dejando a Mace Windu solo. Palpatine utilizó una combinación del estilo de lucha Ataru y técnicas Juyo contra el Maestro Windu, quien fiel al estilo Vaapad, desarmó al anciano, arrinconándolo sable en ristre justo en el mismo momento en el que Anakin entraba en la estancia. Palpatine se defendió lanzando rayos contra Windu, pero este los bloqueó con su sable para hacer que rebotasen y quemasen a Palpatine directamente en el rostro, desfigurándoselo terriblemente. Este no dejaba de pedir ayuda a Anakin, pareciendo indefenso y agotado, aunque dado el poder que exhibió más tarde es muy posible que Palpatine estuviese fingiendo la derrota para ganarse la compasión de Anakin. Uno gritaba que tenía el poder de salvar a su mujer, mientras que el otro gritaba que debían matarlo dado su peligrosidad. Cuando Windu fue a darle el golpe de gracia, Anakin tuvo que tomar una decisión y amputó el brazo de Windu. Un atronador impacto de rayos surgieron del traicionero Sidious, destruyendo a Windu y arrojándolo al vacío de Coruscant.

Tras estos intensos minutos, tomó las riendas de la situación, se puso su manto Sith y tranquilizó a su nuevo aprendiz, indicándole los siguientes pasos a seguir para evitar que los Jedi acabaran con ellos, y bautizando al joven con nombre de Darth Vader, asegurándole que trabajarían juntos para llevar adelante el trabajo de Plagueis.

El fin de la Orden Jedi

La caida del Templo Jedi

Al igual que Dooku antes que él, Anakin debía mostrarse digno del título de Vader, así que su nuevo maestro lo envió a asesinar a todos los Jedi del Templo, y para tal fin, dispuso a la Legión 501 bajo sus órdenes directas. Esta legión podía acabar de modo eficaz con los instructores y los jovencísimos padawans, pero Sidious quería destruir todo rescoldo del joven Jedi que pudiera permancer en su nuevo aprendiz. Vader abatió a los miembros más indefensos de la Orden a la que había jurado lealtad, vinculándose definitivamente a la causa Sith.


La Orden 66

Mientras Lord Vader esterilizaba el Templo, Sidious se dedicó a acabar con los Jedi desperdigados por todos los frentes de batalla en la Galaxia. Mil años de estrategia estaban a punto de dar su verdadero fruto; al fin había llegado el momento de la venganza. Su herramienta: los clones. Estos habían recibido una lista de órdenes sobre las acciones que debían llevar a cabo en situaciones específicas de emergencia. Una de éstas era la infame Orden 66: Si se descubre que los Jedi están implicados en una sedición contra la República, los clones debían acabar con ellos. Palpatine, y no los Jedi, era el comandante en jefe del ejército, y sus tropas habían sido construidas para obedecer sus órdenes sin dudar, y así lo hicieron, con una eficacia aterradora. Mientras, Sidious sentía como el lado oscuro de la Fuerza se fortalecía con la muerte de cada Jedi.

Sólo se conoce un lugar, Murkhana, donde las tropas se negaron a ejecutar su orden y permitieron huir a sus objetivos, Roan Shryne, Bol Chatak y Olee Starstone. Su servicio junto a los Jedi los había cambiado de tal manera que el adoctrinamiento en Kamino se cortó y comenzaron a pensar por sí mismos. Este motín fue solventado posterioremente por Lord Vader con tanta eficacia que ningún otro clon cometió el fatal error de olvidar a quien debían lealtad. Aún así, Palpatine contaba con el hecho de que unas pocas docenas de Jedi sobreviviesen a la purga, pero tarde o temprano también ellos serían eliminados.

El Fin de la Guerra

Con la muerte del General Grievous a manos de Obi-Wan Kenobi, tan solo quedaba acabar con sus viejos conspiradores, los líderes de los grandes grupos comerciales que sumieron a la República en la corrupción y miembros del mando de la Confederación de Sistemas Independientes. Por orden de Sidious se ocultaban en el remoto Mustafar, desde donde ordenaron la desactivación de todos sus ejércitos de androides. A cambio, el Maestro Sith envió a su aprendiz para darles su recompensa: una muerte indiscriminada a cambio de sus servicios. De esta manera, Darth Vader puso fin a las Guerras Clon. Pero unos supervivientes Jedi no estaban dispuestos a dejar que los Sith vencieran tan fácilmente.


El Imperio Galáctico

Para Palpatine, lo único que le quedaba por hacer era ganarse el apoyo del Senado, a quien había manipulado a su antojo durante todo su mandato. Convocó una sesión extraordinaria para informar de la falsa "rebelión Jedi".

El Senado atónito, vio su rostro retorcido y deformado, y sus benignos ojos azules de antaño, reemplazados por severos ojos amarillos. La Galaxia acabó acostumbrándose a esta nueva faz, pues estaban por llegar innumerables retratos y estatuas. Palpatine mostró su aspecto como una señal de orgullo, una herida sufrida al servicio del pueblo. Los senadores fueron informados del complot Jedi, que no sólo incluía matar a Palpatine, sino también derrocar al Senado. La prueba para ellos fueron las grabaciones de su despacho y la voz del difunto maestro Windu acusando al Canciller Supremo, en quien la Galaxia había depositado su confianza, de ser un Sith. Palpatine culpó a los Jedi de haber llevado a la Galaxia a la guerra. Dooku, uno de sus ex miembros inició el movimiento separatista. Sifo-Dyas, uno de sus maestros, creó el ejército de los clones.

Los que podrían haber defendido a los Jedi no estaban en posición de discutir: las masas estaban contra ellos porque los Jedi ya no eran de fiar. Los opositores no querían ver sus nombres en la lista de enemigos del Senado y confiaron en que tras la guerra Palpatine renunciaría a sus poderes de emergencia y abandonaría el puesto.

"Para garantizar nuestra seguridad y estabilidad continuada, la República se reorganizará en el primer Imperio Galáctico, por una sociedad segura que, os lo garantizo, durará diez mil años. Un Imperio que continuará siendo gobernado por este augusto cuerpo y un gobernante soberano electo de por vida. Un Imperio regido por la mayoría, regido por una nueva constitución" Dijo Palpatine mientras a un nutrido grupo de senadores se les helaba la sangre y otros atronaban la sala en una cacofonía de aplausos fanáticos.

Las dos décadas que siguieron vieron la violenta imposición del Nuevo Orden y la supresión de toda oposición, incluyendo intimidación, arrestos, ejecuciones, la destrucción de ciudades e incluso la destrucción de planetas enteros. Habría ido más lejos y destruido sistemas planetarios enteros si nadie hubiese desafiado su mandato. Pero la Alianza Rebelde tardaría años en formarse. En ese momento, sus fundadores, Bail Organa y Mon Mothma, no tenían más alternativa que ser discretos y apoyar al nuevo Emperador. Cuando el decreto fue puesto a voto, Palpatine ya había ganado. Seducidos por promesas de seguridad, justicia y paz, o quizá simplemente intimidados hasta el silencio, el Senado votó unánimemente "SÍ". El Imperio Galáctico era ya una realidad.


La última esperanza de los Jedi

Los supervivientes de la purga, Obi-Wan Kenobi y Yoda descubrieron que Anakin y la legión 501 habían asaltado y asesinado a todos los que estaban en el Templo Jedi, maestros, caballeros, padawans y niños. Vieron como Anakin se había entregado a los Sith, y Yoda decidió que debían tratar de destruirlos. Obi-Wan rogó a su viejo maestro que no le enviase a combatir contra su antiguo padawan, pero no había otra alternativa y fue a su encuentro al planeta Mustafar. Yoda se enfrentaría al nuevo autoproclamado Emperador. Se encontraron ambos Maestros en el edificio del Senado. Allí, el lord oscuro del Sith y el gran maestro de la Orden Jedi lucharon en una batalla que destruyó gran parte de la cámara del Senado. Pese a estar igualados, la suerte acompañó a Sidious. La batalla terminó en tablas: el relámpago usado por Palpatine le fue devuelto en una explosión tan poderosa que separó a los dos contendientes. Sidious logró aferrarse a un estrado, pero Yoda cayó varios pisos dándose un fuerte golpe.

El maestro Jedi, agotado e incapaz de seguir luchando, comprendió que Palpatine no podía ser derrotado en combate y huyó, ayudado por Organa. Tras el enfrentamiento, Darth Sidious sintió el peligro que perseguía a su nuevo discípulo. La batalla entre Obi-Wan y Vader había tenido un funesto destino, y el joven Sith iba a morir. Palpatine voló hasta Mustafar con la celeridad que solo el Emperador de la Galaxia podía permitirse y se encontró ante un Vader horriblemente mutilado, pero su fortaleza era tal que aún vivía. De vuelta a Coruscant, su pupilo sufrió un largo y doloroso proceso de reconstrucción e implantación de prótesis cibernéticas. Darth Vader era ya gran parte máquina, y otra hombre. Cuando despertó, Vader descubrió que su mujer embarazada había sido asesinada por él mismo en un ataque de ira. La persona que una vez fue el joven Anakin Skywalker desapareció, dejando a un temible monstruo lleno de ira y frustración.

La Imperialización

Nace el Imperio, representado por la presencia de todas sus tropas clónicas en cada mundo. Todos los sistemas de la Antigua República pasan automáticamente bajo soberanía imperial. Los sistemas separatistas derrotados son conquistados, y los neutrales también, todo para establecer la seguridad y el orden bajo el nuevo Imperio. Los órganos institucionales son reestructurados, casi todos los funcionarios en cargo destituidos, exiliados o detenidos según el caso, y se aplica el término "imperial" a todo lo que hacía referencia a la Antigua República o a Coruscant: El sector Coruscant pasó a llamarse sector Imperial, el propio Coruscant se convierte en el Centro Imperial, y la cosmopolita Ciudad Galáctica se convirtió en Ciudad Imperial. Así mismo, el Senado Galáctico pasó a ser el Senado Imperial, el Gran Ejército de la República se convirtió en el Ejército Imperial y la Armada de la República, pasa a ser la Armada Imperial, El Departamento Judicial pasó a ser la Academia Imperial. Pero hubo más cambios aparte de nombres y cargos: las decrépitas agencias de inteligencia de la Antigua República se fusionaron para formar la Inteligencia Imperial, con Armand Isarda la cabeza. Y para mayor gloria del Imperio y de su Emperador, el Palacio de la República fue reconstruido, reformado y ampliado hasta convertirse en el Palacio Imperial, eclipsando a todos los otros edificios del Centro Imperial, incluidos los llamativos Senado y el Templo Jedi, que por razones desconocidas, permaneció intacto tras la purga, quizá como recuerdo de la victoria del Imperio contra los traidores. La antigua Comisión para la Protección de la República (COMPOR) se convirtió en la Comisión para la Preservación del Nuevo Orden (COMPNOR). En cuestión de días, no quedó ningún nombre que recordase al pueblo que alguna vez existió una República.

El cambio también afectó al orden estético. La opulencia de la Antigua República fue sustituida por un estilo estético de simplicidad y funcionalidad inspirado en el ejército. Predominaban los grises, las formas redondeadas se convirtieron en ángulos, y desaparecieron las decoraciones ornamentales, quedando tan solo paneles y pantallas sobre las paredes.

Los Consejeros Imperiales


Los consejeros que respondían directamente ante Palpatine; Crueya Vandron, Sate Pestage e Ishin-Il-Raz, dispusieron de gran autoridad y controlaron la COMPNOR, que jugó un papel fundamental en el asentamiento del Imperio, consiguiendo un férreo control y estableciendo duras medidas. El Departamento de Seguridad Imperial (DSI) pasó a ser otra rama de COMPNOR que actuaría como contrapeso para la Inteligencia Imperial, y se convirtió en la organización de policía secreta del Emperador. La Coalición por el Progreso estableció agencias de monitorización para mantener el control sobre todos los aspectos de la vida. Pese a que la flota demostró ser algo insubordinada, y durante este periodo existió cierta tensión entre el gobierno coruscani y los almirantes de la flota que todavía recordaban el liderazgo de los Jedi, motivó al DSI a introducir la figura del oficial político en todos los cuerpos del Ejército.

Atrocidades del Imperio

Desde sus inicios, el Imperio eclipsó todo el orden que había establecido por los medios utilizados, brutales en la mayoría de las ocasiones. El símbolo de las atrocidades a las que podía llegar era la infame Estrella de la Muerte, la estación destructora de planetas. Pese al miedo impuesto en todos los sistemas, era cuestión de tiempo que alguien levantara el puño en su contra.
Otro Proyecto Oscuro que avaló el Emperador fueron los Dark Troopers, droides de batalla muy avanzados, capaces de devastar una ciudad en minutos, tal como ocurrió con una base rebelde en el planeta Talay. Pero finalmente fue cancelado gracias a la intervención de Kyle Katarn un mercenario surgido de la misma Academia Imperial que con sus conocimientos pudo infiltrarse y acabar con él.

Escalvitud: xenofobia y misoginia

La doctrina del Nuevo Orden también era xenofóbica y misógina. Los no humanos y las mujeres fueron excluidos de la mayoría de este Nuevo Orden, y si alguna vez se veía alguno de ellos, era ocupando cargos irrelevantes. Quizá la excepción más famosa fue la incorporación de Mitth'raw'nuruodo a la Armada o el alto puesto que regentaba Mas Amedda. Pero la imposición de la esclavitud fomentó los prejuicios imperiales y las atrocidades cometidas por los poderosos gobernadores regionales eran harto frecuentes. Refugiados, prisioneros políticos, o simplemente no humanos eran vendidos al Imperio por oportunistas, o escalvizados por sus gobiernos regionales, siendo enviados a trabajar en las grandes construcciones imperiales. Se veían esclavos de todas las razas, aunque los esclavos mejor valorados eran los wookiees, debido a su gran fortaleza y vigor físico, pese a las dificultades que entrañaba manetenrlos a raya. El Imperio permitió que los enemigos naturales de los wookiees, sus vecinos trandoshanos les dieran caza a sus anchas en Kashyyyk. Este lucrativo negocio en expansión fue también aprovechado por todos los sindicatos del crimen y los hutts abrieron su mercado a territorio imperial, y nació un deleznable negocio de esclavistas piratas por toda la Galaxia, los cuales interceptaban naves en el espacio, se quedaban con la carga y el vehículo y vendían a los pasajeros y tripulación.

Poco después de la declaración del Imperio Galáctico, Lord Sidious aprovechó su abosluto control para iniciar una serie de construcciones en el casi desconocido pero hermoso planeta Byss, en el interior del peligroso Núcleo Profundo galáctico. Su intención era convertirlo en un mundo trono secreto, pues por algún motivo todavía sin determinar, allí algunos seres sensibles a la Fuerza se sienten mucho más abiertos a ella y sus capacidades se ven aumentadas. Pero hasta donde se ha podido comprobar, tan solo pueden nutrirse de este foco los adeptos del lado oscuro de la Fuerza. Byss era un conducto de oscuridad, y usando este poder Palpatine se alimentó lentamente de la energía vital de sus trabajadores para prolongar su propia vida. Para tal fin y para las obras empleó a miles de trabajadores alienígenas esclavos de incontables mundos conquistados, entre ellos Utapau, Gamorr y Toydaria.

Pero Palpatine también sabía tratar con algunos no humanos para sus propios fines si le interesaba, como se dio en el tiránico caso de los ssi-ruuk. En algún momento de su reinado, Palpatine se comunicó con el Shreeftut del lejano Imperio Ssi-ruuvi y lo hizo usando el lado oscuro para meterse en sus sueños y afirmar que era el gobernante de un Imperio en el Núcleo Galáctico. Palpatine comerció con el Shreeftut, obteniendo algunos drones de combate que intercambió por "sujetos" para su tecnificación y eso daría lugar años más tarde, en el año 4 DBY, a la invasión ssi-ruuvi de Bakura.

Genocidio Jedi

Pese a que casi toda la Orden había desaparecido, algunos Jedi habían conseguido dar esquinazo a sus soldados clónicos, otros simplemente estaban apartados del tumulto, y se habían establecido presentando batalla al nuevo Imperio, escondidos u ocultados por simpatizantes. Sea como fuere, el Emperador encargó a Lord Vader la destrucción de los supervivientes, tarea que le dio gran fama al aprendiz Sith. Uno a uno fueron cayendo todos ellos. Incluso hubo quienes, al poco de formarse el Imperio, se ocultaron en Kessel y atrajeron al Sith para destruirlo, usando de cebo el nombre de Kenobi. Por supuesto, todos cayeron.

Durante la Gran Purga Jedi, Palpatine hizo circular un falso rumor que decía Darth Vader había rastreado y destruido, sin ayuda, un nido en el que se ocultaban cincuenta caballeros Jedi y esto ayudó a engrandecer su figura y ayudó a que el miedo a un severo castigo hiciese que los ciudadanos no prestasen ayuda a los opositores del Imperio.

En el año 18 ABY, el Emperador mandó construir otra de sus superarmas; esta vez una con forma de asteroide, el Ojo de Palpatine, cuyo objetivo era un enclave oculto Jedi que se había establecido en Belsavis. Sin embargo, dos caballeros Jedi sabotearon el superarma y lograron escapar. El Ojo permanecería olvidado hasta el año 12 DBY momento en el que fue recuperado.

La devastación de Caamas

El Emperador Sith consideraba a los habitantes del planeta Caamas una amenaza para su Nuevo Orden, así que no iba a tener contemplaciones con nadie y ordenó la devastación del planeta. Pero este estaba bien protegido, de modo que un grupo de infiltradores bothan sabotearon los generadores de escudos de Caamas, dejando el planeta vulnerable a un bombardeo orbital imperial que lo convirtió en un vertedero envenenado obligando a sus habitantes a dispersarse por la Galaxia. Algunos de ellos fueron acogidos por Alderaan.

La disolución del Senado

Desde el principio, Palpatine pretendía eliminar el Senado. En primer lugar porque era un símbolo que recordaba a la Antigua República y en segundo lugar porque algunos senadores aún se oponían al Nuevo Orden. La temerosa y obediente mayoría intentaba mantenerlos a raya y entendían que sólo estaban allí para propiciar la ilusión de democracia. Pero algunos trataban de aprobar leyes contrarias a los deseos de Palpatine, y eso les hacía peligrosos entre otras cosas porque algunos ofrecían información y financiación al naciente movimiento rebelde. Para prescindir de ellos, Palpatine esperó el momento justo para reducir el poder del Senado cuando los gobernadores, moffs y grandes moffs, estaban ya situados y el Ejército y la Armada le ofrecían una fidelidad inquebrantable.

Se emitieron órdenes de arresto contra todos los sospechosos de ser rebeldes y las tropas de asalto irrumpieron en el Senado y muchos representantes fueron arrestados. Aquéllos cuya afiliación rebelde era conocida desaparecieron sin dejar rastro y aquellos sobre los que solo había sospechas interrogados hasta la saciedad y la locura. Al día siguiente los senadores restantes, ignorando lo que había sucedido, acudieron al Senado sólo para encontrarse encerrados en sus despachos privados. Hubo quienes intentaron apelar directamente a Palpatine, pero les dijeron que su acceso diplomático al Palacio había sido suspendido "mientras durase la emergencia". Muchos de los que fueron liberados dejaron Coruscant, rumbo a sus mundos natales y a una pacífica y aislada jubilación. El pequeño número de senadores que quedaban, los que más fervientemente apoyaron la opinión del gobierno, fueron generosamente recompensados con nuevos puestos algunos de ellos como Consejeros Imperiales.

La destrucción de Alderaan

Palpatine había establecido un entorno en el que sus subordinados podían realizar atrocidades terribles contra seres inteligentes. Desde el mismo momento de su diseño, se pretendía que la Estrella de la Muerte I pudiese destruir planetas enteros, pero la mayoría de estrategas imperiales estaban seguros de que la mera amenaza bastaría para mantener a cada planetas en su sitio. Tarkin, responsable del proyecto no opinaba así; desde su punto de vista, los rebeldes se volvían cada vez más audaces y sólo una demostración pública del poder de la estación de combate conseguiría hacerles reconsiderar su postura.

Palpatine aprobó la destrucción de un planeta, y por tanto el genocidio de toda su población. Lo que no sabía era que iba a ser Alderaan ya que fue el propio Tarkin quien tomó esa decisión, enfrentándose incluso a Vader al hacerlo. Este acto, según los cálculos actuales, causó las muertes de unos dos mil millones de seres inteligentes. Palpatine adoptó públicamente una postura benevolente, afirmando que le entristecía la pérdida de un mundo tan noble y afirmando que si Alderaan hubiese confiado al Imperio su protección, su final habría sido muy distinto. En otras palabras, la destrucción de Alderaan podría haberse evitado si Bail Organa se hubiese arrodillado como tenía que haber hecho desde el principio. Aún quiso mostrarse más magnánimo y mandó reubicar a los sesenta mil alderaanianos supervivientes, los que estaban fuera de su mundo cuando éste explotó. Ante la opinión pública aparecieron de repente informes que considerados como pruebas irrefutables de que ese planeta de pacifistas había estado creando armas biológicas. Se informó a la prensa de que células rebeldes habían sacado del planeta algunas de estas armas para mantener a los aterrorizados Mundos del Núcleo bajo control y justificar un estado de emergencia permanente. Cuando surgieron más alzamientos rebeldes, la amenaza ficticia demostró ser muy útil y a resultas de ello el Imperio dedicó aún más tiempo y recursos que antes para aplastar a la Rebelión.

En un último acto de atrocidad, Darth Sidious se aprovechó incluso de los desamparados supervivientes. No está claro cuántos alderaanianos aceptaron la oferta de Palpatine y se mudaron al mundo trono de Byss, pero muchos fueron lobotomizados para crear esclavos sin mente que siguieron con sus vidas en un éxtasis amortiguado mientras Sidious y sus adeptos del lado oscuro se alimentaban de sus energías vitales.
Corrupción Sith

Sidious utilizó a un número de agentes sensibles a la Fuerza para sus fines. Estas personas, adeptos del lado oscuro de la Fuerza, estaban fuera de la organización oficial del Imperio, pero informaban directamente al Emperador o, cuando era necesario, a Lord Vader. Palpatine pretendía reemplazar a los oficiales clave por estos fanáticos adeptos, pero su número era demasiado limitado. Se desconoce si estos adeptos estaban regidos por la Regla de Dos de la Orden Sith, puesto que la República había muerto, los Jedi se habían extinguido y los Sith habían sido vengados. Es por ello posible que Palpatine hubiese considerado que la regla había quedado obsoleta y ya no era necesaria. Pese a todo ello, los únicos Lores del Sith del Imperio eran Darth Sidious y su aprendiz.

Inquisidores

Sidious y Darth Vader llevaron al mundo trono secreto de Byss a un número de padawans capturados durante y después de las Guerras Clon, muchos de ellos supervivientes del Cuerpo Agrícola, para entrenarlos y convertirlos en poderosos sirvientes. El Emperador ordenó a Vader seleccionar a los pupilos más dignos y deshacerse del resto y su fiel aprendiz terminó eligiendo sólo a tres, siendo uno de ellos el que más adelante sería conocido como el Inquisidor Tremayne.

La Mano del Emperador

Palpatine tenía al más poderoso y efectivo de los aprendices en Darth Vader, pero había tareas de sutil naturaleza o que debían permanecer en desconcimiento de Vader, por lo que este no podía ser empleado. Estas misiones, en su mayoría de espionaje y subterfugio que quedaban fuera de la competencia de la Inteligencia y el Ejército, eran despempeñadas por las Manos del Emperador, agentes femeninas que Palpatine ocultaba e instruía en el más abosluto secreto. La favorita por Palpatine era Mara Jade.

Cuando era tan solo una niña, el Emperador la separó de sus padres y la llevó a Coruscant para entrenarla en el uso de la Fuerza. Aunque le enseñó solo lo necesario, Mara se iba transformando en una poderosa y sutil herramienta que compensaba a Vader perfectamente. Tras completar su entrenamiento Mara se convirtió en una Mano del Emperador, asesinos personales de Palpatine. A pesar de que había numerosas Manos, ella, como cualquier otra de las Manos del Emperador, ignoraba la existencia de las otras. Tenía una fuerte conexión con la Fuerza a pesar de su racionado entrenamiento, y podía escuchar la voz de Palpatine en cualquier parte de la Galaxia a través de un lazo telepático. Durante el cumplimiento de sus órdenes, tenía acceso ilimitado a hoteles de lujo, contactos imperiales y dinero. Oficialmente ella solo era una de las bailarinas del Palacio Imperial.

Algunas de las misiones de Mara incluían espionaje a los más altos cargos del Imperio, incluso al mismísimo Vader, de quien sentía celos debido a su privilegiada posición, y de alguna manera desconfiaba del aprendiz de su amo. Muchas veces averiguaba para Vader el posible escondite de algún Jedi oculto, aunque ella nunca entraba en combate con ellos.

La traición de los moffs


Un año antes de la famosa Batalla de Yavin, cuando la Alianza Rebelde era considerada una insurrección sin importancia, Palpatine y Vader fueron los objetivos de un grupo de oficiales imperiales liderados por el Gran Moff Trachta. Este veía a los Sith como una orden arcaica y necia, y creía que el Imperio no debía ser gobernado por un culto bipersonal. Los conspiradores planeaban usar un grupo de soldados de asalto genéticamente alterados, leales sólo a ellos en lugar de a su Emperador, para destruir a los dos Lores. Sin embargo, su plan falló debido a conflictos internos entre los conspiradores y a lo difícil que era llevar al engaño a Palpatine, quien desde su misma sala del trono del Palacio ejecutó al moff Kadir.

La Guerra Civil.

Los acontecimientos violentos, autoritarios y antidemocráticos crearon un caldo de cultivo perfecto para la formación de un grupo de insurgentes contra el Nuevo Orden. Palpatine sabía que esto ocurriría, era lo más natural, por ello dispuso tan rápidamente de medios tan oportunamente efectivos como fuese preciso para sofocar esos movimientos desde el principio y evitar que arraigaran.

La estructura piramidal creada (Grandes Moffs, Moffs y gobernadores regionales) ayudó a mantener el orden en los sistemas locales, y la COMPNOR estaba especializada en detectar posibles desertores entre los mandos militares. Pero aún así, el comatoso Senado Imperial ofrecía una oportunidad a estos movimientos, y no se pudo evitar la creación de una Alianza Rebelde de planetas, que pasó de leyenda urbana a realidad, primero con pequeños actos para pasar a grandes operaciones contra el Imperio.

Este movimiento animó a muchos planetas a despertar su espíritu de lucha, pero eran brutalmente aplacados y exterminados. Los rebeldes fueron tachados de terroristas malvados y sin escrúpulos aunque la mayor actividad de los rebeldes era el sabotaje y robo, que comprendía desde el robo de información vital al robo de armas, vehículos, tecnología, alimento, medicamentos, androides, células de energía, etc. Incluso prisioneros imperiales eran puestos en libertad, así como los esclavos. Los senadores simpatizantes con los terroristas se acercaban a los mundos que más posibilidades tenían de aliarse con el movimiento, y al principio se unieron unos pocos que bastaron para redirigir la mayoría de esfuerzos del Ejército, que los consideraba un manojo de perdedores sin futuro.

Palpatine subestimaba ese movimiento, para él no eran más que un puñado de patanes quienes al no contar con la Orden Jedi no podían hacer absolutamente nada contra su Imperio. Acosó al senador Bail Organa de Alderaan y a la senadora Mon Mothma de Chandrila, principales sospechosos de fomentar el terrorismo, y protegió aún más el proyecto Estrella de la Muerte, sumido en el más profundo secreto y en sus últimas fases. Una vez terminado, fue la herramienta perfecta para acabar con esa molestia; entregó la responsabilidad de acabar con los rebeldes al Gran Moff Tarkin, considerando tal tarea poco digna para ocupar toda la atención de un Sith. En su lugar, encargó a Vader la más importante tarea de vigilar a Tarkin. La primera puesta a punto de la estación fue con la destrucción del planeta penal Despayre, todo un éxito, de donde había salido gran parte de la mano de obra.

Pero cuando los planos técnicos de la Estrella de la Muerte fueron robados audazmente por los rebeldes, el Imperio consideró seria la amenaza, Sidious ordenó a Vader recuperarlos a toda costa. Esta operación provocó al desaparecido hasta entonces Kenobi que saliera de su escondite para ser destruido, al igual que Alderaan. Pero la Batalla de Yavin, que enfrentó al grueso de las fuerzas de la joven rebelión contra la inexpugnable fortaleza acorazada que resultó con la destrucción de la Estrella de la Muerte y la muerte de Tarkin, fue un duro revés para Palpatine y su Imperio Galáctico: era la primera demostración de que no era invencible, y animó a muchos otros mundos y grupos a unirse a la Alianza Rebelde, y a muchos militares a desertar. El Servicio de Inteligencia destapaba y esetrilizaba nidos rebeldes, pero lo peor para Sidious vino de boca de Lord Vader. El piloto responsable de la proeza que acabó con la estación de combate tenía un fuerte potencial en la Fuerza. Palpatine no lo demostró al principio, pero esta aparición misteriosa que no había sido capaz de preveer le inquietaba y preocuaba mucho. Las pérdidas no eran demasiado importantes, otra Estrella de la Muerte estaba construyéndose y detrás vendrían más, pero no podía permitir que los Jedi le devolvieran el golpe.

El retorno de los Jedi: El fin de Darth Sidious

Las peores sospechas de Palpatine se confirmaron cuando se descubrió el nombre del piloto rebelde: Luke Skywalker. Mientras el Ejército tomaba las medidas oportunas y se enfrascaba en una guerra por toda la Galaxia contra los cruceros rebeldes, los Sith se esforzaban en acabar con el joven Skywalker. En este punto comenzó la divergencia entre ambos Lores. Sidious veía en Skywalker un nuevo aprendiz más joven y con más poder, y Vader veía en el hijo de su difunta esposa la oportunidad y la esperanza renacida de derrocar al Emperador y gobernar la Galaxia para traer la verdadera paz. Palpatine tenía controlado a Vader, quien estaba tan obsesionado en encontrarlo como lo estuvo en encontrar a Kenobi.

Pero lo que ninguno esperaba era que el joven Skywalker fuera un alma tan pura, que no solo se resistió a unirse a su padre tras una trampa urdida en Bespin, sino que más tarde, con sus poderes ya plenamente desarrollados, osó tratar de robarle a su aprendiz para devolverlo al Lado Luminoso. El Emperador decidió jugar su última carta. Puso en conocimiento de los espías rebeldes la localización de la segunda Estrella de la Muerte, aún en construcción, y para hacer el cebo aún más tentador, hizo correr el dato de su visita personal para convertirse él mismo en un objetivo de los terroristas ofreciéndoles una oportunidad que no podían desperdiciar.

Este último gambito era la jugada maestra para resolver la crisis y el establecimiento permanente de su Imperio Galáctico. Palpatine, orgulloso y confiado desde su trono, esperó con sorna a que el nuevo Jedi apareciese a tratar de salvar a su padre. Una vez asegurada su presencia en la estación de batalla, y cuando el grueso de la flota rebelde se encontraba luchando contra su flota imperial para destruir la nueva superarma, descubrió su trampa y la hasta el momento inoperativa segunda Estrella de la Muerte comenzó a destruir la flota rebelde crucero a crucero. Mientras esto ocurría, pudo tejer una telaraña de sentimientos de frustración e ira alrededor del hijo de Skywalker para que este cayera al Lado Oscuro. Su plan funcionó, el joven alzó su sable láser contra el Lord Sith, para encontrarse con la implacable defensa del leal Vader. El resultado del combate, fuera cual fuera le beneficiaba. Si Vader caía era para ser reemplazado por su hijo. Si era el muchacho el derrotado, la amenaza Jedi habría desaparecido para siempre. Finalmente Vader cayó herido, pero el joven Jedi renunció a acabar con él, dominando su ira y desafiando al Maestro Sith, quien se dispuso a acabar con el muchacho demostrándole lo equivocado que estaba y lo débil que le hacía su decisión.
Archivo:Celebracion Coruscant.jpgCoruscant y casi toda la Galaxia celebró la muerte del Sith
Con lo que no contaba Sidious era con la traición de su aprendiz. Era irónico, él, que siempre se había cuidado de no revelar sus secretos ni sus intenciones, sabiendo del gusto de los Sith a la traición, y habiendo traicionado él mismo a su Maestro, se encontraba con la misma clásica situación, siendo arrojado por la fuerte presa de Darth Vader a un pozo de ventilación que no parecía tener fin. Una tremenda explosión siguió a su muerte y acabó por fin con el hombre más terrible que había conocido la Galaxia, dejando una huella indeleble un Imperio Galáctico que aún tardaría tiempo en terminar de desmoronarse, algo que iba a suceder sin él a la cabeza.

Algunos le veían como un visionario que salvo la civilización; otros, como un criminal que cometió los más graves delitos contra ella.

Resurección
Palpatine tenia vastos conocimientos sobre la alquimia sith gracias a su entrenamiento con Plagueis.

En casos extremos, si se encontraba al borde de la muerte, podía invocar al lado oscuro de la Fuerza para hacer que su espíritu abandonara su forma material y se canalizara en un nuevo cuerpo huésped. El único inconveniente de esta técnica era que solo podía poseer cuerpos sin conciencia. Para resolver este problema, Sidious ordeno construir en Byss un centro de clonación parecido al de Kamino, lleno de clones suyos en estado de hibernación. Así, si se le veía "morir" en alguna parte de la galaxia, podía transferir su espíritu a uno de sus clones y regresar poco tiempo después al poder. Por supuesto, Palpatine se encargo de que nadie se enterara de sus muertes y resurecciones, para no parecer debil y evitar que la galaxia perdiera el miedo hacia el Imperio.

Fue Luke Skywalker quien, siendo su “nuevo aprendíz” se encargo de destruir casi todos los tanques de clonación, excepto uno, del que Sidious resurgió nuevamente. Sin embargo, Luke Skywalker logró infiltrarse en la guarida donde Palpatine estaba. Luego empezó un duelo que finalmente acabo con la vida de Palpatine.

Personalidad

Tenía pasión por los planes complejos y su paciencia era tal, que podía esperar años, décadas incluso, hasta verlos fructificar. Sidious era un experto en psicología, burocracia y filosofía. Tenía, sin embargo, incorregibles rasgos de prepotencia, pues sus habilidades únicas le llevaban a creer en todo momento que cualquier situación estaba siempre bajo su control, y que podía volver de su parte a cualquiera, lo que con el tiempo se demostró erróneo y llevó a sus caídas sucesivas. Si bien era un declarado xenófobo (Lo que se demuestra en las prácticas humanocentristas del Imperio), Palpatine siempre estuvo rodeado de fieles seguidores de otras especies, empezando por su propio maestro, Darth Plagueis, un muun, su primer aprendiz Darth Maul, zabrak, su ayudante y vicepresidente del Senado Mas Amedda, el virrey de la federación de comercio,Nute Gunray, y el mismo almirante Thrawn, chiss... Es muy probable que todo esto formara parte del cínico carácter de Palpatine, y que su xenofobia fuera un medio más para asentar su dictadura personal. Tal era su ansia de poder y dominio que, si convenía a sus objetos, podía dar de lado fácilmente sus objecciones contra otras especies.

Palpatine nunca demostró una devoción excesiva y completa a la Orden Sith y a sus preceptos antes de su proclamación como Emperador, al menos no mayor que la de sus predecesores, debido a su sorprendente y desmusurada ambición de poder personal. Su entrega a este culto fue más bien un medio para alcanzar sus fines personales: El dominio de la Galaxia concentrado en su persona. Puede decirse que su faceta de Darth Sidious, el Señor Oscuro de los Sith, fue usada mientras a él mismo le interesaba de cara a la corrupción de la República, y a una eventual venganza, perpetetrada desde hacía siglos, sobre los Jedi, que estorbaban en su camino de tiranía. Una vez instaurado el Imperio usó escasamente su nombre Sith, sus propias dotes con la Fuerza, e incluso volvió a la población detractora de la misma. Su Imperio nunca fue un Imperio Sith; solo fue una muestra de su poder personal. Palpatine, al contrario que muchos de sus predecesores, no estuvo interesado en la evolución de la Orden. Para él, y su inagotable ambición, la Orden Sith había sido un medio a su servicio, y no al contrario: Palpatine aprovechó el legado que otros muchos antes que él habían preparado cuidadosamente en la sombra.

Poderes y habilidades de la Fuerza

Darth Sidious poseía un intelecto superior y una asombrosa comprensión de la mente humana y no humana. Pero además era uno de los más grandes maestros en el uso de la Fuerza, que en combinación con lo anterior, le resultaba fácil vaticinar los acontecimientos y prever el futuro. Así podía manipular los acontecimientos como si fuese una enorme partida de estrategia sobre un tablero. Pese a que las energías del lado oscuro de la Fuerza que fluían por su cuerpo eran tan intensas que devastaban su forma mortal, Darth Sidious era un luchador de gran talento. Era sin embargo, un anciano arrugado de piel pálida y ojos amarillentos, enfermizo y cauterizado, que llevaba una pesada capa negra y un bastón negro brillante, utilizándolos para crear la ilusión de debilidad.

 Él era un gran maestro del Encubrimiento de la Fuerza, pudiendo ser uno de los más poderosos usuarios de la fuerza y vivr junto a los jedi sin que estos ni tan siquiera sintieran algo de su fuerza. Era un gran maestro de poderes que, aunque para él eran básicos, para otros requerían mucho esfuerzo, como Visión de la Fuerza, quizás el mejor hasta el momento, Persuasión con la Fuerza, siendo uno de los mejores, si no el mejor, de Agrupamiento de la Fuerza, Cortar la Fuerza, Lazo de la Fuerza, Meditación de Batalla o Lanzar sable de luz. Podía haber sido enseñado en poderes del lado luminoso, como Curar con la Fuerza u Oleada de Plantas, así como en el Campo de Éxtasis. Sus poderes del Lado Oscuro eran increíbles. Se sabe que llegó a dominar todos los poderes, menos el de la creación de vida. Él ya sabía hacer que los que le importaban no murieran, como se demostró en Mustafar durante el duelo de Darth Vader con Obi-Wan kenobi. Fue el mayor maestro en toda la historia en el Rayo de la Fuerza. También sabía destruir todo lo que estaba su alrededor, ya fuera orgánico o inorgánico. Usó las dos variantes de Tormenta de la Fuerza, el poder eléctrico y el devastador. También sabía paralizar con miedo a la gente, controlar bestias y usar la telequinesis para herir, estragular e incluso matar. Sabía volar con la fuerza, y hacer grandes saltos. También sabía todas las formas de Telequinesis, y pudo retener su identidad pese a morir, y luego reencarnarse en sus clones, para finalmente morir. Sabía consumir la fuerza y la vida, y lanzar el Grito de la Fuerza de forma perfecta. Podía aumentar su velocidad y fuerza física, lo cual le era útil en combates.

La esgrima de Darth Sidious

Al igual que sus aprendices, Palpatine usaba un sable de luz de diseño único pero, poseía además dos sables únicos.

Cuando cuatro maestros Jedi entraron en su despacho para arrestarle, el Canciller Supremo asesinó a tres de ellos con un sable láser de electrum similar al de Mace Windu. El sable de Palpatine no tenía un enganche para el cinturón, se ocultaba en las largas mangas de sus majestuosas ropas y lo usaba sólo cuando era estrictamente necesario. Durante los años de su Cancillería, el sable estuvo bien oculto en una escultura de neuranium que decoraba su despacho.

Otro detalle que hacía único el sable de Palpatine, era la carencia de un agujero emisor para que el filo saliese de él; el filo carmesí surgía de una superficie dura. Sin enganche de cinturón ni agujero emisor, y debido a su diseño ceremonial, la empuñadura podría ser tomada por un simple objeto decorativo, sorprendiendo aún más al enemigo cuando surgía el filo Sith, una transformación similar a la que sufría su propietario cuando dejaba que su verdadera naturaleza le controlase. Tres miembros del Consejo Jedi cayeron en cuestión de segundos después de ser sorprendidos por su transformación. Finalmente el sable cayó en las profundidades de las calles de la capital Coruscant.

El segundo sable de Darth Sidious fue el que utilizó contra Yoda. Esta arma era casi idéntica a la usada contra Windu, sin enganche de cinturón ni agujero emisor, con una cobertura negra en vez de dorada.

El frágil y anciano emperador de los años sucesivos nunca daría a entender su talento de duelista, salvo a quienes conocían sus más oscuros secretos. Nadie habría esperado que el Emperador fuese uno de los mayores maestros de esgrima de la Galaxia.

Palpatine no tiene ningun estilo de lucha específico, pero en su enfrentamiento con el Maestro Yoda y el Maestro Windu, utilizó un estilo de combate que incluía Ataru (debido a los grandes saltos y a la lucha siempre ofensiva) y Makashi (combatió con un estilo limpio, sin apenas esfuerzo, centrado en el ataque y muchas veces a 1 mano) .

Entre bastidores

Palpatine podría derivar del palatino romano. Esta es una de las siete colinas de Roma, la primera que se habitó (se considera que Rómulo fundó allí la ciudad), y la que se convirtió durante el Imperio Romano en la residencia de los emperadores.

Sidious deriva de “insidious” (insidioso: malicioso o dañino, bajo apariencias inofensivas).